Vivir Sin Alma...*

Decir que he cambiado se me quedaría corto...los últimos meses de mi vida me han transformado completamente. De mi solo queda mi esencia, el resto es todo nuevo. Y al contrario de lo que la gente pensará, creo que para mejor. En alguna entrada anterior dedicada a mi hija le daba las gracias, porque en tan poco tiempo me enseño más que el resto de la vida vivida hasta hoy. Sigo sin encontrar motivo alguno para que ella se fuera, pero si encuentro el motivo por el que vino y fue sencillamente para enseñarnos algo a todos los que nos alegramos de su llegada. A su padre, a su abuela, a su tia... a muchos los cambió, ellos no me lo dicen, pero yo lo noto. Sin embargo a mi me cambió la vida, y no hablo de las sensaciones que me provocó, porque eso sería otro tema, hablo de lo pasado tras su partida. Ella me enseño lo fuerte que puedo llegar a ser, no creía que aguantaría, no me veía capaz de seguir adelante con algo así en la espalda, pero sin embargo aquí sigo, echándole todas las ganas que puedo. Sé que en parte es porque no me queda otra, pero igualmente estoy orgullosa de mi misma, por que aquel 1 de septiembre pensé que jamás levantaría de nuevo la cabeza. Y respecto a los cambios, cambió mi forma de pensar,hoy en día nada me parece lo suficientemente grave como para que me quite el sueño. Creo que todo en la vida tiene solución, todo menos la muerte. No quiero desperdiciar ni un segundo de sonrisa por problemas que seguramente solo son eso, problemas... Si en algún momento he sentido agobio por cualquier cosa cotidiana como llegar a fin de mes o una discusión en el trabajo, inmediatamente he recordado a mi ángel en mi vientre y en ese mismo instante todo ha perdido importancia.  También tengo que decir que me he vuelto arisca y algo antisocial, porque me alejo de la gente absurda, que sufre por que ha perdido una uña fregando. Gente que te dice que tienes que seguir y a los dos minutos te cuentan un problema según ellos "grave" y te explican su dolor, y yo simplemente pienso que no saben lo que es el dolor, no tienen ni la mínima idea... 

Desde el 1 de septiembre he aprendido a huir de quien no sabe vivir la vida, sencillamente porque yo quiero aprender a hacerlo, quiero disfrutar cada momento bonito de los que vengan. Por supuesto también vendrán cosas malas, pero haremos todo lo posible para salir de ellas, solo necesito a mi familia y mi gente feliz y conmigo, el resto me sobra, me da igual. Quiero que lo único que me quite la sonrisa sea la ausencia de mi hija cuando la recuerdo, porque ese es el único problema verdaderamente importante, que ella no volverá.